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Turquía: ¡Libertad para periodistas encarcelados!

Retrato de Aslı Erdoğan
Aslı Erdoğan © Amnistía Internacional
¡Gracias!

Esta acción ha finalizado. Hemos sido 10.871 firmantes

Damos las gracias a todas las personas que han apoyado esta petición de Amnistía Internacional por el fin la represión contra los y las periodistas y otros trabajadores de medios de comunicación en Turquía.

El 3 de mayo de 2017, con motivo del Día Internacional por la Libertad de Prensa, Amnistía Internacional publicó el informe “Journalism is not a crime: crackdown on media freedom in Turkey”, sobre la grave situación de la libertad de expresión en Turquía y en el que pedimos a las autoridades turcas que pongan en libertad inmediata e incondicional a todos los periodistas encarcelados simplemente por hacer su trabajo.

Amnistía Internacional continúa denunciando esta cuestión y en general la represión de toda forma de disidencia en Turquía tras el intento de golpe de Estado de julio de 2016.

Petición antes del cierre

Turquía tiene el dudoso honor de haberse convertido en el mayor carcelero de periodistas del mundo. Una tercera parte de las y los periodistas encarcelados en el mundo está en prisiones turcas, la inmensa mayoría en espera de juicio.

La reconocida novelista Aslı Erdoğan estuvo cinco meses en prisión por su papel como asesora y redactora del diario kurdo Özgür Gündem, ya cerrado. Aunque desde diciembre está en libertad condicional, sigue acusada de terrorismo.

En prisión, la peor tortura fue el frío a partir de septiembre. Una vez me llevaron a una gran sala con otras 20 mujeres; la presencia de otras personas me mantuvo viva (...) Desde mi excarcelación no escribo y creo que no voy a volver a escribir una columna en un futuro próximo. Estoy intentando recuperarme. Mientras estaba en prisión me mantuve; ahora que estoy fuera, he sentido realmente el impacto físico que ha tenido en mí.

Aslı Erdoğan

Periodistas y personas que trabajan en los medios de comunicación de todos los medios de la oposición están siendo objeto de una campaña de represión sin precedentes desde el intento violento de golpe de Estado de julio de 2016.

Unido al cierre de más de 160 medios, el mensaje es claro e inquietante: el espacio para la disidencia se reduce cada vez más y pronunciarse tiene un coste incalculable.

Esta represión debe terminar. Actúa ya para exigir libertad para los medios de comunicación en Turquía.

Los y las periodistas y otras personas que trabajan en medios de comunicación deben ser liberados de la detención en espera de juicio. Unos medios de comunicación libres son un elemento esencial para que cualquier sociedad pluralista funcione.

Hay que permitir que hagan su labor, porque el periodismo no es delito.